FAMILIA, ¿OBSTÁCULO O TRAMPOLÍN PARA LOS EMPRENDEDORES?
Seamos sinceros, nadie se imaginó que el 2020 traería consigo una pandemia y peor aún, que tuviéramos que enfrentarnos a nuestros propios demonios, pues muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo en que pasar el día entero con nuestras familias es y ha sido una tarea compleja, ya que como seres humanos necesitamos de nuestros propios espacios y al estar en un mismo techo por varios meses, esos espacios van despareciendo y se van reduciendo a uno sólo, que muchas veces puede convertirse en tóxico si no se sabe llevar con sabiduría, paciencia y absoluto respeto del uno por el otro.
El resultado de vivir en un país y en un continente que por generaciones se ha dedicado a educar a “trabajadores” y no a “emprendedores”, es que tanto padres como abuelos y en general todos los mayores que nos rodean, creen que montar una empresa sólo es un cuento de hadas, pues lo ven lejano e irreal, ya que se tiene la concepción, que para ser empresario se necesita de una buena cantidad de dinero, o de lo contrario no lo lograrás. Y en cierta forma tienen razón, porque con una mano adelante y otra atrás, es difícil lograrlo. También creen que es demasiado complicado crear, pero sobre todo mantener un negocio a flote y en este punto nuevamente les hallo la razón, pues la mayoría de las empresas quiebran en los primeros 3 años de vida. Ahora pues, en lo que no tienen razón, es que sea imposible de lograr sin dinero y que sea tan complicado de lograr como para tener que ser empleado primero, pues con la guía correcta y las herramientas adecuadas, se puede lograr en poco tiempo y con poco dinero.
Muchas personas a mi alrededor me decían: “chévere que quieras montar una empresa, pero consíguete un trabajo de medio tiempo, porsiacaso” y debo reconocerlo que cuando quebré por primera vez, decidí hacerlo. El problema es que no nací para trabajar para alguien más, o al menos es lo que mi cerebro me dice constantemente, así que a diario, al entrar en la ducha a las 6 am me decía a mí misma: “¿qué estoy haciendo?, ¿por qué estoy trabajando para ellos envés de trabajar para mí?, no quiero estar más así”. Afortunadamente para mí, entró una nueva jefa a esta empresa, la cual trajo consigo un régimen que no estuve dispuesta a seguir y al decirle que no iba a trabajar 7×24, me echó sin dudarlo. Hoy le agradezco tanto que lo haya hecho, porque sin ella habría seguido siendo infeliz por más tiempo y sobre todo hubiera perdido tiempo valioso, el cual después utilicé para levantar nuevamente mi empresa.
Mis padres siempre han creído en mis habilidades y eso ha sido un factor determinante en mi desarrollo como emprendedora y como persona, pero al ver que la empresa quebraba por segunda vez, optaron por aconsejarme lo que otros ya me habían dicho anteriormente y era el de conseguir otro trabajo.
Debo reconocer que luego de quebrar 2 veces, me pregunté si de verdad emprender era mi camino, o si tal vez estaba siendo “terca” y debía empezar a mirar hacia otro lado. Así pues, que cambié el rumbo, pero no el que se imaginan, pues continué siendo emprendedora, lo que hice, fue enfocarme en mi mayor habilidad y lo que más satisfacción me ha traído en la vida, que es “compartir todo el conocimiento que tengo con los que quieran aprender y estén dispuestos a escuchar”.
La familia puede ser tanto un obstáculo como un trampolín, todo depende del momento y las creencias que tengan. Lo que sí es importante tener en cuenta, es que, si empiezan a ser un obstáculo, debes buscar la manera de liberarte a nivel mental de todas las frases pesimistas que escucharás y concentrarte en tu objetivo sin importar lo que piensen o esperen de ti.